Por: José de Jesús Marmolejo Zúñiga
La semilla de la esperanza por seguir desarrollando la ciencia con calidad y calidez tuvo efecto bajo la confianza de una institución de gran referencia para todos los que nos relacionamos con la Tecnología: el Instituto Politécnico Nacional.
En una maravillosa idea: abrió las puertas de la educación a través de las herramientas de aprendizaje a distancia a compañeros de cada uno de los rincones del alma de nuestro país. En un privilegio personal compartí el espacio con un experto: el Maestro Óscar Mora. La voz se corrió, tanto que de comenzar con 20 asistentes, terminaron inscritos 60, dato que me compartió uno de los amables organizadores, el Maestro Julio. En diferentes momentos del curso, todo el país estuvo representado, de Baja California a Quintana Roo, de Tamaulipas a Chiapas y por supuesto, Guanajuato.
Como suele suceder en eventos de esta diversidad, las realidades se presentan múltiples, pues aunque la gran mayoría pertenecen a ese Cecyte al que le tenemos tan entrañable estima y al que hemos tenido el privilegio de pertenecer también, había algunas diferencias en torno al equipamiento y facilidades para los asistentes. Sin embargo, con lo que cada participante tuvo al alcance cumplió cabalmente con las exigencias de un curso que representó desde un inicio un universo de posibilidades.
Amenos, atentos, responsables y comprometidos, con los valores que se forman en la cátedra, en la docencia, poco a poco empezamos a conocernos, poco a poco a comprendernos y fue así, como llegamos a un grupo que aunque distante en la geografía se comenzaba a acercar en las emotividades de un sueño compartido: el de generar una nueva actividad formativa en cada una de las unidades académicas en las que buscan ser factores de cambio.
El diagnóstico nos arrojó múltiples niveles desde donde se partiría para acceder al tema, fue necesario asegurar las bases de conocimiento y también verificar que los temas fueran quedando adheridos a los participantes, para eso recurrimos a la charla apasionada, los videos, las prácticas, las aplicaciones, los retos, la paráfrasis, los diagramas, los tutoriales y algunas otras herramientas con el uso de las tecnologías.
La participación fue constante, fluida e interesante con lo que se consiguió que muchos nombres fueran de uso común con el paso de los días. Tanto de los que compartía para generar apoyo a sus compañeros con sus opiniones, como para los que argumentaban para adquirir nuevos conocimientos. Maestras y maestros, participamos al unísono en cada uno de los temas. El compromiso y el esfuerzo fue impresionante, impactante, motivante.
Fue el curso donde no existió el "no", quizá dadas las cargas de trabajo había requerimientos de tiempo extra o prórrogas, pero todo mundo creyó en su capacidad, la diversidad de conocimientos previos no evitó que todos llegaran a la meta.
Al final, fue motivo de orgullo ver a cada participante entregando un portafolio de evidencias completo, producto del empeño de mujeres y hombres, que buscan impulsar un nuevo ideal en sus instituciones.
Solo puedo agradecer el privilegio de compartir en un curso, donde pasan cosas maravillosas: aprendemos del otro, evolucionamos, consolidamos nuestros saberes y lo mejor: hacemos sencillos aportes que llegan a la razón de ser de nuestros esfuerzos, los estudiantes.
Sin duda el mejor curso que he tomado en años, no solo por los contenidos sino por la excelsa forma de manejarse por parte de usted cómo instructor. Mil gracias, ahora a capitalizarlo y profesionalizar a nuestros estudiantes.
ResponderBorrarUna vez terminado el curso, me quedo con nuevos saberes, herramientas, experiencias y lo más importante una red de apoyo de compañeros y maestros muy comprometidos en ser agentes de cambio en sus aulas. Éxito a todos y seguimos en contacto.
ResponderBorrarUchas gracias Ing. Jesús Marmolejo. Dios le siga dando sabiduría.
ResponderBorrarCuando nos mandaron la invitación de “un curso” lo abrí por compromiso (lo acepto) pero luego vi la institución que lo impartía y eso cambió mi perspectiva, el Politécnico y robótica “uff” poderosa combinación, bien sabía que este no iba a ser como algunos otros cursos, de ante mano sabía que iba a ser muy pesado y con mucha carga de trabajo pero ¡ hooo¡ sorpresa era más de lo esperado, el profesor Jesús hacía que las horas transcurrieran sin darte cuenta por las actividades que no paraban, así terminé el primer día, un curso en el cual fueron 8 horas efectivas, porque el profe Jesús creo que se le olvido que los mortales comemos (será porque daba el tema de robots…. Jajajaja), ese día lunes tuve una diferencia de opiniones con autoridades de mi plantel pues no comprendieron que este si era un verdadero curso y no se dieron las facilidades para tomarlo, pero la verdad no me importó porque estaba excelente este curso y bien valía todo el esfuerzo de estar de 8am a 4pm y luego seguirle hasta las 8:20 pm, el martes fue uno de mis días más pesados pues no comprendía la forma de trabajar, la rapidez con que se pedían las actividades creí que estaban fuera de lugar pero al pasar de los días me sorprendí que si era posible, el jueves estaba muy cansado pero satisfecho por casi concluir uno de los mejores cursos que he tomado y para el viernes entregando todo mi portafolio de evidencias creyendo que estaba listo no contaba con la astucia del profe Jesús y muy a su estilo “si ya casi acaban” solo falta el examen final….jajajajja…. queeeeeeé pues a darle y “toma chango tu banana” que nos libera el examen ese sí estuvo tranquilo, y así terminamos la semana.
ResponderBorrarPero no me he Olvidado a profe Oscar, mis respetos para él, todo su trayectoria fue un honor que nos impartiera y compartiera sus conocimientos, muchas gracias, llego al fin de semana con muy cansado pero con mucha satisfacción de terminar este valioso curso respaldado por una importante institución como es el Politécnico e impartido por dos verdaderos profesionales en la Robótica educativa.