lunes, 23 de diciembre de 2024

El poder del presente

Por: José de Jesús Marmolejo Zúñiga.

 


"Todo es presencia, todos los siglos son este presente". Paz (1989).

Las personas en nuestra complejidad estamos inmersas en el pensamiento-tiempo o en los sentimientos que a veces nos pueden dar una falsa sensación de que éstas son las únicas maneras de transitar la realidad. 

Es posible que la mayor parte del tiempo se esté desarrollando esa famosa actividad de la mente que parece diferenciarnos entre los seres vivos: el pensamiento, pero la profundidad en la que lo hacemos marca distinciones. 

En el paradigma expresado en la frase "pienso, luego existo" de Descartes (2007), la actividad mental directamente relacionada con la existencia parecía un planteamiento lógico, más no integral ni posedora de toda la verdad, por lo que ideas distintas han sido impulsadas por la sociedad desde entonces, una es la teoría del ahora.

En ella el pensamiento no debe ser utilizado por el ser humano en todo momento sino como una herramienta, es decir a voluntad para situaciones específicas. Si bien a veces se presenta de forma expontánea, en muchos casos puede convertirse en una costumbre abrumadora que llega a hacer sentir angustiadas a las personas. La gran capacidad humana, cuando tiene exceso de pasado se denomina depresión y cuando lo es de futuro, ansiedad.

El pasado es una construcción mental nubosa, a partir de las lecciones que nos hemos quedado (tras nuestra asimiliación e interpretación derivada de múltiples factores personales), los recuerdos rescatados o aquilatados. El futuro es una proyección, un deseo, una posibilidad. El presente es el momento existente en el que transcurre la vida.

Mientras pensamos intuitivamente, primariamente, casi químicamente, basados en el pasado o en el futuro sin una reflexión profunda, perdemos la oportunidad de posicionarnos en otro plano, en uno que nos permite alcanzar una verdadera conciencia del momento.

Es primordial la metacognición del pensamiento para preguntarnos ¿Es útil pensarlo ahora? ¿Qué estamos pensando o por qué lo pensamos así? Lo mismo ocurre con los impulsivos sentimientos que requieren la mediación de una observación interna para reflexionar ¿Qué siento, por qué lo siento, qué hay de fondo en ese sentimiento?

Una frase potente atribuida a Gandhi, dicta:

            “Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. 

            Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos. 

            Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos. 

            Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino.” 

Podría agregarse que no son los pensamientos iniciales o inmediatos que surgen ante un determinado suceso los que debe concretarse en palabras y  acciones, sino que debería de ser la reflexión, la conciencia o la reconstrucción  en torno a los mismos el punto de partida para llegar a hábitos y a la postre, al destino. Esta sería una ruta para el crecimiento personal, construida con el diálogo interno pero también con el que tenemos con los otros. 

En materia del matiz de los pensamientos, el mismo autor nos regala la frase "No hay camino para la paz, la paz es el camino".

Para fortalecer la capacidad de la autoobservación en otros niveles y dimensiones, la cibernética de la cibernética de Von Foerster (1979) argumenta la posibilidad de que el observador sea observado, no sólo por alguien más sino por sí mismo, es decir que el observador tenga interacción con lo que observa. Al aceptar que el acto de observar nunca será neutral se permite que al analizar inicialmente nuestros pensamientos y sentimientos busquemos no juzgarnos, para encontrar patrones, repeticiones, sesgos, etiquetas que podrían ser del pasado o del futuro. Nuestros pensamientos y sentimientos, tienen de entrada una forma de ser percibidos y medidos por nosotros mismos.

La capacidad de describir y evaluar lo que estamos senti-pensando es parte de los principios de autoreferencia y recursividad. Surgen de la relevancia de no sólo interpretar mediante la emoción o el pensamiento, sino de contribuir a la construcción de la realidad que está alrededor de eso que se ha creado, es decir, asumir responsabilidad por lo que crea e interpreta, para pasar a un plano autocrítico de pensamiento analítico y de múltiples dimensiones del mismo, dicho de manera simple al citar a De Bono (1986) detectar qué combinación de sombreros se están utilizando para emitir un punto de vista o solución a una problemática dada. Quizá nuestra aseveración pueda encontrarse en un sombrero blanco, el plano objetivo, el de los datos o en un sombrero negro, negativo, capaz de preveer las amenazas, o bien desde el sobrero rojo, el sentimiento puro o de una combinación.

¿Pensamos como respiramos? Pensamiento y tiempo tienen una relación en múltiples dimensiones, la primera seguramente en la cantidad que dedicamos a pensar, la segunda, en la frecuencia del pensamiento, lo que podríamos definir como la cantidad de pensamientos en un tiempo específico. A menudo es tanta, que puede llegar a ser abrumadora. No se habla aquí del ingenio o la capacidad de generar ideas novedosas rápidamente sino simplemente de la posibilidad de pensar. 

El ser humano tiene momentos de una gran inclinación por el pensamiento parlanchín, si bien a veces puede tener una utilidad constructiva, por ejemplo las proyecciones de futuro estructuradas o las ideas para resolver determinada problemática también puede tener sesiones permanentes de pensamiento rumiante que no motiva a ninguna reflexión particular sino a comentarios vagos, genéricos, a manera de contexto eternamente inacabado que sólo a veces tiene beneficios catárticos o de exploración de algún tema.

Como opción a nuestra agilidad mental vertiginosa, que puede ser a veces cansada, se presenta la de simplemente vivir, existir al conectarse con el momento. Paz (2004) hablaba del concepto del "instante" como revelación y plenitud, donde convergían el tiempo y la eternidad, exponía como ejemplos el enamoramiento, la vista fija en un árbol que mueve sus hojas en una tarde y por supuesto, la poesía, con su capacidad de detener el flujo temporal para permitirnos vivir la realidad. Las nubes y magnificencias que se forman en el cielo que nos dejan sin palabras, son también ejemplos de cómo a veces el tren de pensamiento cede su lugar a la simple observación, admiración, contemplación y reflexión de un suceso relevante, es decir, en palabras poéticas cuando se alcanza "un tiempo sin tiempo".

Sin el ser humano sobre la tierra no existiría el tiempo, el ayer o el mañana, sólo el ahora. Sería ingenuo preguntar a un animal o una planta ¿Qué hora es? Si acaso se regiría un planeta como el nuestro por temporadas, estaciones, momentos derivados de las diversas necesidades con las que se cuente. En torno al ser humano, Séneca (4 a. C. Ó 65 d. C) en su obra "De la brevedad de la vida" (s.f.) afirmaba que "no es que no tengamos tiempo, sino que se desperdicia mucho" (p. 10). No sólo se puede aplicar esta frase a los momentos en los que no se desarrolla actividad alguna sino que en el activismo se emplea, pero los resultados pueden llegar  a ser estériles. Por ello el mismo autor ofrece la alternativa: usar el tiempo de manera consciente, en actividades significativas así como en el cultivo de la virtud.

Para el conocimiento propio es relevante analizar nuestros pensamientos para saber cómo están estructurados, a qué cultura responden, a qué hechos del pasado o del presente y si realmente forman en la virtud. Permiten en términos de analogía freudiana el poder emerger lo incosciente a lo consciente, mostrar un poco más de la superficie de ese Iceberg que analógicamente se encuentra sin develar.

El pensamiento como herramienta del ser humano, asociado a otras formas de vivencia de la realidad como la presencia en el presente, permite la apertura a otras formas de conciencia, de interrelación y experiencia en la vida.


De Bono, E. (1986). Seis sombreros para pensar (M. Pandolfo, Trad.). Ediciones Juan Granica. (Trabajo original publicado en 1985)

Descartes, R. (2007). Discurso del método (D. García Morente Traductor). Colección Austral Espasa Calpe. (Trabajo original publicado en 1637).

Paz, O. (1989). El fuego de cada día: Lo mejor de Octavio Paz (Selección, prólogo y notas del autor). Seix Barral. ISBN: 968-406-155-2.

Paz, O. (2004). El arco y la lira: El poema, la revelación poética, poesía e historia. Fondo de Cultura Económica.

Séneca. (s.f.). De la brevedad de la vida (Fundación Carlos Slim, trad.). Fundación Carlos Slim. Recuperado de https://cdn.pruebat.org/recursos/recursos/libros/pdf/De-la-brevedad-de-la-vida.pdf

Von Foerster, H. (1979). Cibernética de la cibernética. En K. Krippendorf (Comp.), Communication and Control in Society (pp. 1-4). Nueva York: Gordon and Breach. Recuperado el 24 de diciembre de 2024, de https://www.scribd.com/document/210367462/5-Cibernética-de-La-Cibernética-Heinz-Von-Foerster

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