Por: José de Jesús Marmolejo Zúñiga
Churchill recibió una herencia que guardar: la del parlamento y la guerra.
Leer su historia es conocer al niño y al hombre rebelde. Ayuda reflejarse en un hombre apasionado que empujó con fuerza sus creencias.
La vida de Churchill no es el típico cuento de hadas, la historia de ascenso lineal. Es una brecha con múltiples salidas y regresos. Con chispazos de genialidad y con las noches más solitarias que podamos imaginar.
Pero es una historia marcada desde el principio por las letras, el periodismo y el hambre de alcanzar ese lugar que sólo la conciencia personal puede forjar. El periodismo y las crónicas de guerra le abririán el paso al que se convertiría en Premio Nobel de Literatura.
Sus derrotas políticas fueron múltiples, no fue un personaje que ganara todo lo que se proponía. A pesar de ser sumamente destacado por sus discursos, no siempre fue escuchada su voz y su opinión. Los múltiples descalabros le costaron a su imagen personal. El paso del partido conservador al liberal, del cambio de la defensa del pueblo a su hostigamiento, no le presentaban como un individuo coherente.
Y sin embargo, en esa soledad del liderazgo, supo bien leer las ambiciones del alemán Hitler y desconfiar de las del ruso Stalin aunque con él hiciera equipo. Colaboró con el americano Roosevelt y toleró al francés libre DeGaulle, quien sin embargo, fue fundamental para que alcanzaran su objetivo conjunto.
90 años duró la larga vida de un personaje vitoreado, pero no electo junto con su partido para gobernar tras la guerra. A pesar de haber sido artífice de la salvación inglesa. De ese tamaño las contradicciones para el hombre que apostó a las innovaciones en los equipos de guerra, entre ellas a los tanques.
Churchill pronunció de muy diversas formas ese "no nos rendiremos" que movió a la Real Fuerza Aérea en actos heroicos, que hizo sobrevivir a una isla a los ataques del entonces ejército más poderoso del mundo, que lo hizo levantarse una y otra vez de cuantiosas perdidas no solo económicas sino ante todo humanas.
Sobreviven hasta nuestros días su declaración de guerra tras la invasión Nazi en Polonia, su solo puedo ofrecer a quien se me una "sangre, sudor y lágrimas" y su "V" de la victoria formada con los dedos que nos recuerda la visión bien clara de un hombre que nunca tenía dudas de ello.
En el actual conflicto Rusia-Ucrania que tiene involucrado al mundo, el Presidente Zelensky ha tomado muchos elementos de Churchill, no sólo en su discurso ante el parlamento inglés sino también en las tácticas y negociaciones con múltiples países. El inglés fue también un viajero constante, aún en una etapa muy avanzada de su vida.
La historia parece cíclica a menudo, y quedan resabios de que seguimos luchando por el poder, bajo el amparo de intereses más o menos justificados como lo son la soberanía, la seguridad nacional o la defensa del pueblo.
En educación seguimos presentando el reto de la profundidad y el espíritu crítico en un momento de la historia donde la verdad quizá nos sea velada más que nunca.
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