sábado, 2 de abril de 2022

El ser humano no puede ser un fin en sí mismo, nos debemos a otros

Por: José de Jesús Marmolejo Zúñiga.
 
Cuando comenté que tenía a grandes mentes aconsejándome, era cierto.

No solo estoy rodeado de gigantes en mi vida diaria, también afortunadamente viene voces consagradas del pasado en mi auxilio.

Los consejos, las precisiones, las reflexiones del pasado, son válidas en nuestros días, es más, en su momento sonaban premonitorias, aunque eran reales.

Pensar a Antonio Caso es zambullirse en una cantidad prolífica de logros académicos, al nivel universitario pero también preparatoriano, es colocar el nombre de las instituciones más respetadas de nuestra vida académica en un solo nombre. Que fue erudito, someramente lo sabemos, uno de esos grandes hombres amantes de la sabiduría capaces de desdoblar prácticamente cualquier tema, quizá podemos imaginarlo, pero se hace palpable cuando entramos a su obra.

En los libros, buscamos respuestas, lo hemos dicho, incluso a preguntas que no hemos terminado de formular. La vida tiene retos, interrogantes y ritmos, no siempre podemos entenderlos, a veces en medio de la confusión buscamos conceptos certeros que nos permitan saber si la dirección es la correcta.

Afortunadamente, en los buenos libros tenemos gratas respuestas. En ocasiones, la inquietud es tan apremiante que encuentra complemento armonioso con una buena lectura. Lo importante es elegir la lectura de la que nos rodeamos, serán nuestros consejeros y amigos en momentos importantes.

Hoy he leído a Antonio Caso, y se ha ido, como suele hacerlo, a las profundidades. Buscando conocimiento, encontré trascendencia. En su ensayo "La existencia como caridad" antepuso precisamente el concepto de la caridad a la filosofía, es importante primero dar, desprenderse pues el ser humano no puede ser un fin en sí mismo, hay que dejar el egoísmo, fue la invitación de entrada. Ir en busca del sacrificio, ese al que mueve el amor.

Tras marcar la caridad como piedra fundamental, en un aspecto poco conocido para mí, entró a la importancia de la fe, pero recordando nuevamente esa relación de dos vías entre creer y dar, pues una da el testimonio de la otra. No pude evitar recordar la estrecha relación entre el creer para después materializar, ese primer álito que ha sido nombrado por muchas culturas, habrá quien lo denomine motivación, razón, energía o chi, pero es un primer impulso que nos saca de nuestro estado de letargo y nos lleva a intentar algo por primera vez o a mantenernos con tezón.

El tercer concepto fue el de la actuación, caridad y fe deben convertirse en acto no quedarse en potencia. Esta es una realidad que mueve al mundo. Por último mencionó la esperanza, como esa posibilidad que tiene el ser humano de avisorar lo que aún no es, pero que puede serlo.

Así el Maestro Antonio Caso, que desde esas apasionadas charlas en el Ateneo de la Juventud, defendió lo mismo de manera magistral a la verdad y la filosofía, que aquello que es indivisible y parte trascendental del ser humano: lo incorporeo, lo espiritual, el alma.


Mis inicios en la traducción:

When I told that I had great minds advice me, It was true.

I'm not only with gigants around me in my daily life, also fortunately holy voices comes from the past in my help.

The advices, precisions, past reflections, they are true in our days, moreover, In their moment they sounded like the future, although they were real.

Thinking to Antonio Caso is to go inside in a lot of academic achieves, in the university and high school level, it's to put the name of the most recognized institutions of our academic life in Mexico in a single name. That he was an erudit, we know a little, one of the those big wisdom lovers, able to talk practicly wherever topic, may be we can imagine him, but it's more concrete when we know his work. (To be continue).

 

FUENTE:

Antonio Caso (1945), Breve Antología. Biblioteca Enciclopédica Popular. Secretaría de Educación Pública, México D.F.

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