viernes, 29 de abril de 2022

Un guerrero para los antiguos y los nuevos días


Tenía muchas ganas de leer este libro, pocas son las obras en las que he tenido acercamiento con el mundo oriental. Tengo varios libros dentro de esta categoría en el formato electrónico pues generalmente es más complicado conseguir estos títulos en las librerías de antiguo, en los usados o en las ventas por Internet. Algunas veces se encuentran en las principales librerías pero no son pocos los que no es sencillo conseguir.

Para un cumpleaños, me regalaron una katana, fue un gran obsequio y todavía recuerdo mi impresión al recibirla. En algún momento, supongo, di la impresión del gusto por la cultura oriental, probablemente porque empecé a estudiar japonés. Me la entregaron con un par de hojas donde se encontraba el significado que dicho objeto tenía para un samurai, casta guerrera nipona que gobernó Japón durante cientos de años.


La katana tiene varias inscripciones, unas sobresalientes en la base donde se coloca la espada, -武士道 (bushidō)- dice,  que significa "el camino del guerrero", después en la funda de madera, 2 símbolos (kanjis), 名誉 (Meiyo), que significa "honor" siendo ésta uno de las 7 virtudes del
bushidō, que se completan con justicia o rectitud (decisiones correctas), coraje, compasión, respeto-cortesía, honestidad-sinceridad absoluta, así como lealtad. 

En el propio cuerpo del sable, 7 símbolos más, a decir: 今古有神奉志士, es en esta parte donde la traducción no se vuelve sencilla, la más poética la tenemos en la película El Último Samurai del 2003 donde Natsumoto da su sable a Nathan, aquí los kanjis toman el significado bajo el contexto de 

"Yo pertenezco al guerrero en el cual los antiguos días se han unido con los nuevos".

Pero de igual manera en una traducción kanji a kanji, es factible imaginar también alguna de las siguientes:

  • En todos los tiempos y lugares, hay un espadachín piadoso.
  • Un espadachín que venera a los dioses de todas las épocas.
  • Dioses de todas las edades (por la presente) presentan (esto) a un espadachín. 
El llenarme del idealismo que representaba el camino del guerrero, con sus virtudes, aunado a un escaso conocimiento del japonés fue una experiencia inolvidable. Tanto que, en mi búsqueda en torno a más información y literatura oriental, llegué a un extraordinario libro escrito por el español David B. Gil "el guerrero bajo la sombra del cerezo", baste decir que desde entonces, la necesidad de contar con un sakura en casa, se incrementó. En el 2022, pudimos celebrar nuestro primer hanami, al haberse llenado de flores nuestro árbol con tamaño de arbusto.
 

La lectura del texto también es un hanami, saltan a la vista los primores del mismo, son sorprendentes inclusive las analogías que dan forma a los títulos de cada uno de los capítulos, así nos podemos encontrar con notables enseñanzas como ésta:
 
"Cuando una piedra golpea la superficie de un estanque sereno, provoca ondas que llegan hasta la más lejana orilla".
 
Así irrumpe el ataque sorpresivo a una fortaleza del clan Ikeda, donde tras la traición que le permite al enemigo destrozar prácticamente todo a su paso, nada ha de ser igual. Por petición del líder del clan, el más confiable de sus guerreros, Kenzaburo Arima, salva a la descendencia de quienes gobernaran, representada por el niño Seizo Ikeda.
 
Los señores cercanos a la última población caída, se reúnen para saber cómo actuar ante la amenaza que significa la pérdida de la paz y la posibilidad del inicio de una nueva guerra. Empiezan las descripciones de diferentes caracteres presentes en el ser humano, se lee lo siguiente en torno a uno de los participantes:

"Decididamente, Tadashima es un hombre de acción, como lo fue su padre. Salta a la vista que no está hecho para que le hagan esperar".

Es verdad, una vena del ser humano torna por la acción, es una característica fundamental que nos motiva no solo a pensar, sino a materializar lo que se ha razonado. El buen humor nos arranca las primeras sonrisas cuando el anfitrión que ha llegado tarde, ofrece té a los asistentes: "—Si quería disculparse, mejor nos hubiera servido sake —rió Yoshihiro Harada".
 
El autor hace hablar a los más distintos personajes, cada uno con el aporte de una personalidad, las hay también sobrias y prudentes, como la de quien busca atemperar las emociones epidérmicas, mientras da importantes lecciones para la vida. Los podemos ver en tres expresiones emitidas en dicha reunión:
 
"—No se enfaden, señores —intercedió conciliador Yoshihiro Harada. No necesitamos pelear entre nosotros. Seamos prudentes e intentemos llegar a acuerdos provechosos".

"Kunisada Tezuka observó cómo su anfitrión navegaba diestramente entre las aguas caudalosas de la discusión, sin quitarle la razón a nadie pero preparando el terreno para que su opinión fuera la relevante".
 
"Si no mantenemos el ánimo templado, nosotros mismos podemos desencadenar lo que tanto tememos".
 
Para los apasionados en el tema, el poder de la palabra aparece nuevamente, se expresa de la siguiente manera: 
 
"No necesita poseer el mayor ejército para ser el más poderoso de todos nosotros. Al menos, no mientras le den la oportunidad de hablar." 

Una serie de elementos prominentes en la cultura japonesa de esos días, aparecen, como cuando se menciona el daisho, mismo que es la pareja de sables tradicionales del samurái, la katana y el wakizashi, los cuales son llevados juntos. La etimología de esta palabra queda más clara cuando se usan los términos daito y shoto; daito + shoto = daisho.

Si un elemento puede ganar rápidamente la simpatía del lector, es la inteligencia del escritor para crear personajes capaces de dar nuevos significados a la lengua, saliendo de situaciones que pudieran ser complicadas con genialidad, como lo hace el anfitrión de la reunión en la siguiente expresión:
 
"Shimizu rió con una carcajada sincera que vibró en la noche. —Tu natural desconfianza siempre me ha parecido una virtud muy práctica, digna de elogio, incluso." y continúa con la inteligencia que habla de la madurez de una mente maestra "Además, eres de los pocos hombres que conozco a los que no limita una visión simple de las cosas. Sabes bien que todo tiene más de una causa y una consecuencia", "Quizás Munisai tuviera razón, quizás la única victoria posible en una guerra que no puedes ganar es evitar que ésta dé comienzo".

Con este tipo de literatura se aprende también otro tipo de expresiones, menos frontales y más asertivas, como en la frase "Nos une un mismo peligro, pero creo que la visión de cómo afrontarlo es demasiado divergente".

Mientras los pueblos cercanos miden el terreno para su actuar futuro, Kenzaburo, cumple a cabalidad su deber en el cuidado del niño Seizo, pero no es solo la alimentación o la protección física, ahora también es la responsabilidad de forjar un carácter como mentor. Su mejor análisis interno de cómo hacerlo aflora, y encuentra respuestas en los siguientes pensamientos:
 
"La compasión nunca había ayudado a nadie a salir adelante, no más de lo que una hogaza de pan sacia una hambruna, y tampoco ayudaría al chico".
El guerrero que parecía no temer nunca nada, atributo que ya muchos grandes personajes han marcado como una de sus características más útiles, con unos ojos que parecía que miraban desde otro mundo, se comportaba aún así empático que no consentidor con el joven cuando le decía:

"No debe avergonzarse. El miedo no es malo, es parte de la vida", sin lugar a dudas coincidimos con la afirmación del autor, y al mismo tiempo agregaríamos que para el torrente que busca abrirse paso, más temprano que tarde el miedo es superado en la búsqueda de un objetivo plenamente identificado por la razón y el corazón.
 
El joven estaba aprendiendo el sentido del valor, lo hacía con cada palabra, con la seguridad y el comportamiento mostrado por el guerrero, en cada sentencia como el aseguramiento de que nada negativo le pasaría "—Por mi alma que eso no sucederá —juró Kenzaburo, y lo hizo con una voz ronca que sonó más como un desafío a sus enemigos que como palabras de consuelo para un niño" o con cada gesto como el expresado en este fragmento "El viejo guerrero le puso su mano surcada de cicatrices en el costado, era grande y pesada, pero irradiaba tranquilidad", el joven entendía una nueva e importante lección que le serviría en delante para poder sobrevivir en el mundo.

Son de gran valor también, las maneras de matizar la vida en los momentos de aflicción:
 
"Tu padre y tu madre, al igual que tu hermano, están ahora con tus antepasados. Desde allí te observan y cuidan de ti. Tu obligación es llevar una vida que les honre para que puedan sentirse orgullosos. "

Era un guerrero generoso, que seguía siendo de una pieza, a pesar de llevar por dentro el infierno de los sentimientos propios, los cuales hacía un lado pero no borraba, era muy pronto para ello y quizá incluso era innecesario hacerlo.

En la mente de Kenzaburo, esa última noche donde con exceso de sake, se quedó plenamente dormido, para solo ser despertado por las campanas y los gritos, de un salto se despertó y buscó inmediatamente reportarse en el frente:

"—¡Rápido, mujer, ayúdame a prepararme! Su esposa dejó a un lado toda sombra de desconcierto y se precipitó al armario donde su marido guardaba la armadura ligera y la daisho".
 
 Recordaba también en un acto de lealtad, buscar salvar al hombre a quien se debía "—Mi señor —le gritó—. No tenéis por qué morir aquí. Debemos sobrevivir a esta noche y devolver el golpe". Pero la respuesta fue tan correcta como la forma de vivir de aquellos guerreros, la decisión de vencer o morir defendiendo el clan, no sin antes hacerle la petición que lo tenía ahora a cargo de Seizo.

Es pues un texto que nos llena de un profundo sentido del honor, del valor y de la lealtad por los ideales. Son múltiples los elementos de riqueza espiritual que se pueden recoger del mismo. Su apasionante relato permite que vayas caminando por los bosques, montado a trote de caballo, visitando un monasterio o cuidándote durante la vertiginosa huida.
 
Hasta aquí dejaremos esta primer entrega, para en la segunda dar paso a otro ser lleno de arrojo, un médico fuera de serie y seguir analizando la importancia de las vivencias de nuestros personajes principales, junto con otros que nos compartirán también su sabiduría.
 
FUENTE:
 
Gil, David B.. (2017). El guerrero bajo la sombra del cerezo. Madrid, España: Suma internacional.
 

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