lunes, 27 de junio de 2022

En Guanajuato hay mentes brillantes para la Pedagogía y Psicología educativa

En mi realimentación como asesor, puedo hablar de un grupo con mucho empuje, inteligencias claras y mucho potencial para la educación.

Sus ganas de salir adelante, aprender conocimientos nuevos y poder cumplir sus sueños mediante múltiples herramientas los llevó a ser un grupo divertido, dinámico y donde pudieron alcanzar los objetivos planteados para el curso. 


En la parte actitudinal, noté personas sinceras, una  buena solidaridad entre el grupo, mucho respeto, atención y trabajo en equipo.

Sin lugar a dudas cuentan con muchos elementos para triunfar basados en el esfuerzo que pongan en ello.


jueves, 23 de junio de 2022

Próximos licenciados en intervención educativa

La realimentación grupal de los próximos licenciados en intervención educativa era una tarea reconfortante, fue un privilegio el poder compartir con mentes frescas, inteligentes y con una excelente actitud.

Su potencial es muy grande, lo pude verificar a cada instante con su participación entusiasta así como asertiva. Lo compartido fue asimilado de manera rápida, pudieron alcanzar las soluciones en tiempos cortos, las nuevas explicaciones no fueron necesarias en diversas ocasiones pues su atención permite que los conceptos prácticamente queden en el diálogo primigenio.

Es un gran grupo, cohesionado, que refleja el trabajo en conjunto de tiempo atrás. El equilibrio es también un elemento visible, aunque pareciera un tanto callado, más bien creo que el enfoque es de atención y compromiso.

Los contenidos del curso pudieron desarrollarse conforme a los planes, desde la explicación de las cuentas en drive, hasta el proyecto final.


Aunque con toda la voluntad de por medio, será necesario un poco más de tiempo para el proyecto final y que los productos formativos elaborados durante las sesiones sean terminados completamente en cada etapa, es decir, dar la orientación desde un inicio para conseguirlo.


martes, 21 de junio de 2022

No siempre debemos ganar


En el día diversos comportamientos éticos y morales se mezclan. Para mantenerse congruente entre el pensar, decir y hacer, es fundamental contar con enfoques claros, que nos sirvan de guía en los momentos de duda.

A veces no es sencillo equilibrar la balanza. El concepto de asertividad es un poco utópico y no podemos más que buscar generar acuerdos basados en el diálogo pero también en la justicia.

Múltiples corrientes desde el conocimiento buscan dar esa claridad al ser humano. Hace algunos días he estado leyendo sobre la corriente de la Psicología positiva, que no positivista, al respecto y casi al mismo tiempo en una estación de metro, he visto una iniciativa más denominada livingforothers.
 
En el caso de la segunda, "vivir para otros" es una invitación que a parte de entusiasmar, me recuerda que muchas grandes mentes han hecho llamados similares. Está basada en las ideas de Víctor Frankl, el autor de "el hombre en busca de sentido". Y aunque Frankl, no aparece, por ejemplo, como uno de los impulsores de la corriente positiva, donde más bien figuran personajes como Carl Rogers, humanista, llega un momento de encuentro donde se expresa que todos los casos establecidos en livingforothers buscan perdonar, ser felices, mantenerse unidos y con ganas de vivir, a pesar de las situaciones complejas de la vida. La corriente positiva por su parte argumenta el ser un contrapeso a la psicología convencional, para ver "la otra cara de la moneda", fijando la atención en las cosas buenas y en valores como la gratitud. Defiende su existencia, con estudios documentados en torno a, como la búsqueda de la felicidad de manera consciente puede llegar a materializarla.

Todo lo anterior es válido y comprensible, lo hemos encontrado en muchos autores del pasado, y para mejor referencia en los clásicos, así pues, San Agustín hablaba del primero creer para después materializar.

Este escrito en sí mismo ha comenzado igual, hablando de cómo es importante tener un enfoque, creer en algo, buscar convicciones que nos permitan actuar de una forma clara en los momentos de duda.

"El amor es el causante de que la civilización sobreviviera y de que se encuentren en el cielo las estrellas", leí en el libro de la quinta montaña de Coelho. Antonio Caso reflexiona y nos dice que la caridad debe estar al principio de todo y que el hombre no puede ser un fin en sí mismo, está hecho para el servicio a los demás.

Los días en entornos complejos pueden hacer dura la corteza del árbol pero corre la sabia en el interior para poder dar frutos. En analogía el reto es mantenerse fuerte en el carácter pero noble de corazón. Las múltiples experiencias vividas, algunas no tan agradables, nos tienen que dar por supuesto aprendizajes, pero eso no debe evitar que seamos amables impulsando con constancia las cosas que requerimos cambien. Al final de cuentas en una sociedad, digamos de forma matemática en una universo de suma cero, las formas particulares constituyen o deterioran aquellas generalidades con las que contamos y por supuesto, lo que legamos para el futuro, representando éste incluso desde el minuto siguiente. Esta realidad no es solo la que "vivirán nuestros hijos", sino también la que conformamos para nosotros mismos y nuestras familias.

No siempre debemos tener la razón, y vale usar la reversa del carro para reconocer cuando podemos ser más generosos, justos, confiados o equitativos. Pero éste es un fruto del análisis y de la conciencia, no de la intimidación y la popularización de ideas, si cambia sus criterios por el de las mayorías o por el de intereses diversos presentes en el mundo, pronto se encontrará siendo un espantapájaros, un borrego del grupo o un papalote incapaz de ayudar en mayor medida a la sociedad mediante su propio talento.

Debemos ser el rostro social del amor, para que la cadena virtuosa en la sociedad se haga más fuerte. Desde nuestra realidad, desde nuestra posibilidad y por supuesto, desde la inteligencia, que dependiendo del medio en el que estemos debe también ayudarnos a seguir adelante.

Así podremos estar más cercanos a esa congruencia que también viene de las circunstancias, del momento en que se vive y de la propia realidad personal.



lunes, 20 de junio de 2022

La idílica Madrid

 Por: José de Jesús Marmolejo Zúñiga.

Alguna vez dijo Vasconcelos que terminar un viaje, era como acabar un libro, una mezcla de gusto por los aprendizajes y de nostalgia por la partida.

Todas las naciones que uno pueda visitar seguramente dejarán en la mente sus sitios particulares, atractivos históricos o espacios turísticos. Al mismo tiempo, es real que son las vivencias personales las que los harán inolvidables: las alegrías, los descansos, los horarios, las puestas de sol, el recorrer enamorado o apasionado, los retos vividos, el nuevo conocimiento y la utilidad de cada punto visitado pueden convertirse en aspectos que permitan recordar con intensidad una visita.


En el caso de Madrid, queda su belleza, con sus múltiples atractivos como la puerta de Alcalá o la del sol, pero también por sus excelsas plazas como la España, o fuentes como la de Cibeles, pero son también memorables parques como el de El retiro. En la cotidianidad, se puede recordar que abundan los bares, pero que a diferencia de Barcelona, acá sí dan aperitivos sin costo.

Dentro de los aspectos que llaman la atención relacionados con la distancia y la posición geográfica, están por supuesto las 7 horas de diferencia con México, lo que hace que la hora adecuada para empezar a escribir de Europa para América, sean las 3 de la tarde encontrando que son las 8 de la mañana en México. De la misma manera, su importante cantidad de luz natural que va desde la salida del sol a las 6:30 horas, concluyendo con la puesta a las 22, de lo que acá llamaríamos la noche.
 

Hablar de Madrid será también hacerlo de su bien señalizado metro, así como de su moderno sistema de transporte. Un viaje de 1.5 euros constituye una de las experiencias más económicas de la región. La forma de comprar juntos 10 viajes para ganar 2.5 euros o de subirse en la ruta 200 bajando del avión en lugar de las opciones para turistas serán también memorables.

Madrid deja el recuerdo de la plaza de toros de La Venta, de la generosidad de sus tiendas de libros de segunda mano, de sus tapas y las sabrosas frutas llamadas paraguayas. De sus bares siempre llenos de gente, del mercado de San Miguel y sus excelsas plazas, como la denominada "mayor", por ejemplo.



En la gran vía ¡Tanto por ver en un espacio cosmopolita! Para sorprenderse y dejarse cautivar también por sus hermosos edificios de colores claros así como luminosos. Tiendas como prismark son visita obligada, para encontrar precios si no regalados, al menos competitivos y con un buen diseño.

Pasé frente al oso y el madroño, símbolo de la ciudad, así como a un lado de Carlos III varias veces. En la línea 1 del metro fueron mis recorridos habituales, ésta va de Valdecarros a Pinar de Chamartines, aprendí de memoria el mensaje de Borges en la Buenos Aires y siempre estaba atento en la Estación del Arte, mi despedida del país fue en Atocha.

En materia social, vi gente pedir dinero en las calles lo mismo en Madrid que en Roma, en la primera hubo incluso un incidente que sabrá Dios si sería cierto, lo que hizo que conociera la estación Portazgo, donde se encuentra el estadio del Rayo Vallecano. Se rumoraba que una señora que minutos antes había pedido ayuda económica en un vagón había saltado a las vías del metro.

También escuché, aunque pocas veces, música en el metro, quizá serían mexicanos los que interpretaron "Amor eterno y malagueña" con una excelente actitud así como una sonrisa en sus rostros.

Madrid me dejó en cada estación y en cada monumento, de los que hay por todas partes, el entendimiento de una cultura con muchas figuras. Sumando todos los científicos, investigadores, literatos y premios Nobel de España a nuestra cuenta como hispanos, la hegemonía americana ya no es tan abrumadora. Dentro de los monumentos de los que sí guardo foto, está por ejemplo el de Ramón y Cajal, así como la de varios literatos.

Tuve pláticas memorables llenas de calidez humana, bailes, fiesta, comida y muchas caminatas, de forma tal que el jugo fue lo único que pudo  mantenerme en mi sobrepeso ideal en la idílica Madrid.

domingo, 19 de junio de 2022

Una catalana de cepa

Por: José de Jesús Marmolejo Zúñiga. 

El reloj de aquella torre de vieja iglesia europea presagiaba grandes sueños.

 
Aquella no sería la única que vez que corazones jóvenes acudirían a la búsqueda de ese otro mundo, hasta ahora desconocido para ellos.

Toda esa vasta cultura parecía retumbarles en el pecho, en la mente ¡Sí había algo de la sangre catalana de la vieja Rosa en las venas de los visitantes!

Los mexicanos tenían que ver con lo español, y gozaban de toda la cultura proveniente de Europa, pero al mismo tiempo, dentro de la arquitectura, la forma de gobierno, las creencias y la lengua heredadas, venía escondido ese germen: el de la rebeldía. Quizá el mismo no era puramente un legado español o siquiera azteca, solo era, humano. Era algo mucho más grande que la rebeldía, una búsqueda de libertad y verdad, un camino filosófico eterno que pocas veces contaba con respuestas concretas. Para muestra profunda un botón: cuando uno visita la basílica menor de la sagrada familia en Barcelona, en diversas inscripciones de la puerta de la pasión, se enmarcan con letras de oro varias frases pronunciadas hace más de 2,000 años, una de ella es "I qué es la veritat?"
 


 
Fue imposible no recordar a Unamuno diciendo en una ocasión que llegaba tarde a una reunión: "No sé de qué se trata pero me opongo".
 
En el caso de México, la religión, la moral, las buenas costumbres pero también, por qué no decirlo, las contrariedades propias de nuestra cultura pudieron haber partido en cierta medida de barcos como los que se dice se hicieron en El Masnou y otros astilleros catalanes cercanos, cuando los españoles se dedicaban a conquistar los mares, mientras encontraban nuevas rutas para llegar a las Indias, otro acto de rebeldía por cierto, en este caso contra los turcos que se habían apoderado del imperio bizantino.

En materia de comunicación,  aunque las bases de un idioma romance son las mismas, a veces es bastante diferente. El catalán parecía portugués, en ocasiones francés. Las palabras sonaban conocidas pero su escritura no lo era tanto (carrer en lugar de calle, por ejemplo). En algún momento existieron los lenguajes universales como el griego y el latín, pero más tarde empezó la diáspora que diversificó tanto: el italiano, el francés, el portugués, el castellano, el catalán y tanto otros.

En un hecho más o menos común en Europa, el ser políglota, en el caso de esta playa  perteneciente a Barcelona, la gente aprendía desde muy pequeña a parte de la lengua de origen, el castellano y algunos un poco de francés pues prácticamente eran frontera con aquel país.

Tenían dentro de sus pláticas particulares, objetivos de independencia de España pero eso parecían, una mera idea reaccionaria. Lleva muchos años esta visualización y según dicen algunos pobladores, los cabecillas del movimiento no son catalanes originales, sino "más españoles que nada".  Uno de los fundamentos para esta idea, es que creen en la importancia geográfica de Catalunya, y en el que muchas cosas deben pasar por ahí para ir a otras partes del mundo, lo que en teoría, podría darles importantes ingresos algún día.

Pero las generaciones con más tradición se estaban acabando, aunque todavía existían personas como aquella catalana que platicaba las primeras historias de un poblado que hacían reflexionar en torno a la vida, como la de aquél emprendedor de nombre José.

De acuerdo a la historia contada, José fue un chico catalán al que sus padres enviaron a estudiar con mucho esfuerzo a París, donde conoció el manejo de nuevas telas. No se quedó en Francia, sino que volvió a su pueblo, donde en su casa pidió a su madre le ayudara en un par de telares a generar algunos bañadores mezclando las telas que se acostumbraban con los nuevos polímeros que eran tendencia. La nueva prenda se ajustaba al cuerpo y aquello causó furor. Pronto, dichos trajes de baño, de la nueva marca doggy deberían reproducirse a ritmos acelerados por lo que un sitio más amplio sería necesario.
 
Fueron incrementando sus espacios, hasta hacerse de importantes bodegas donde hasta 1,000 trabajadores fueron contratados. La moraleja de esta historia llegó cuando doña Rosa explicaba "Pero pronto los trabajadores se sintieron seguros, bajaron el ritmo y empezaron a exigir más descansos" -No se preocupen contestó José, podrán descansar ahora mucho más- Y ante la necesidad de producción que tenía decidió llevar su empresa a otros países. Desde entonces, el trabajo es sagrado por acá, porque si bien contaron con una indemnización, que movilizó por algún tiempo la economía del pueblo, pasado un periodo, ésta se acabó y aquella gente quedó sin trabajo.
 
Pláticas quizá moralizantes pero que reflejaban la preocupación de una generación que poco a poco cede su lugar a las nuevas, dejando en el camino ¿Quién lo sabe? Vargas Llosa dijo alguna vez que ésta era la mejor época para vivir porque como nunca se han conquistado múltiples derechos humanos y sociales. Octavio Paz le contradecía diciendo que este tiempo que les gustaba tanto era el de la constante amenaza nuclear para el mundo y recordaba que un buen historiador, quizá Gibbon, decía que la mejor época fue la de los emperadores antoninos.

Si esas grandes mentes no llegaron a coincidencias, no sugiero hacerlo en este escrito. Tampoco quiero cerrar el punto como lo hacemos con muchos temas, concluyendo que toda situación tiene ventajas y desventajas. Creo que se le puede llamar a cada cosa por su nombre, hay muchos avances reconocibles y también vamos dejando cosas en el camino, que quizá después no se vayan a recuperar. El mismo Vargas Llosa escribe después el libro de "La civilización del espectáculo" donde ve con tristeza como eso que llamamos cultura se pierde o al menos se confunde entre múltiples conceptos etéreos o de  simple entretenimiento ¿Estará este cambio escondido a ojos vistos en la historia moralizante de Doña Rosa?

Se habló mucho con ella de la religión, y en Europa en particular éste comienza a hacer un tema de nostalgia. Uno que mantienen como fuego tenue el corazón de las personas mayores. Lo vi en Toledo, nadie tiene que contármelo, la catedral de los reyes en la primer misa del domingo de pentescostes tenía quizá 30 personas dentro, 25 entraron solo a tomar fotos del inmueble. En el mismo Vaticano no había una afluencia de personas como podríamos imaginarlo y muchos hermosos templos en Italia los encontré solos, quietos y calmos. -Quizá fue un tema de días y horas- pensé.

"Hablar aquí de religión es que te vean raro" dijo la vieja Rosa, ellos son ahora "libre pensadores, progresistas" y califican burlonamente las creencias. "Buscan bastarse a ellos mismos". Hablábamos de esto en la otrora España de los reyes católicos, que junto con Italia fueron siempre las defensoras más fuertes de la fe.

Muchas eran las añoranzas con aquella catalana, pero disfrutaba platicando y nosotros escuchando. No hubo nadie como ella en aquel viaje, lo que me recordó que en este mundo, con nuestras diferencias somos todos inmensamente valiosos.

sábado, 18 de junio de 2022

El Vallparadís de Terrasa, historia y naturaleza


Cada 15 minutos sonaba el reloj en el complejo románico de Terrrasa. Tres iglesias lo conformaban: San Pedro, San Miguel y Santa María. Lo escuchaba atento desde el pasto, en una lateral donde la antigua cruz de uno de los templos podía verse en lo alto de antigua torre.

Como en una paradoja, con el sonido del reloj el tiempo se hacía presente, aunque los muros de aquellas construcciones del siglo V, hablaran de periodos visigodos, románicos e ibéricos que parecían, que estaban, aún entre nosotros.

Piedras que hablan, las hay, pero dependiendo de nuestro conocimiento nos pueden decir mucho o poco. Por eso deben hacerlo los seres humanos que saben y los que no, debemos leerlos para saber frente a lo que estamos.



Aun así, si estas antiguas construcciones tuvieran la calma y la paciencia, nos contarían sus inicios donde seguramente muy poco era como ahora, y tendrían razón porque estaríamos hablando no solo de esa referencia de nuestros abuelos "cuando estaba nuevo", que tanto nos apasiona escuchar e imaginar, sino que nos encontraríamos frente a algo aún más imponente, otra era, otros imperios y hegemonías, sencillamente una manera distinta de ver el mundo.

Pero no solo nos hablarían de los inicios ¿Cuántas cosas no habrá visto esta antigua construcción ahora rodeada por múltiples árboles? ¿Quiénes habrán sido sus ocupantes, su vida y sus historias? Los relatos de las mismas nos hablan de épocas donde su existencia fue resaltada, después de los distintos intereses y los caprichos del tiempo por los que pasaron, que les hacían perder sus anteriores excelsitudes, más adelante las recuperaban. Hasta llegar a la actualidad, al convertirse en un recordatorio permanente de que Terrasa, tiene una larga historia documentada por sus iglesias románicas.

Con la caída lenta y paulatina de hojas, de inmensos árboles que generaban una fresca sombra, los pájaros que completaban el paisaje, entre ellos, las nada típicas cotorras verdes o los elegantes pájaros negros con blanco. Libres hacían juego con ese cantar de las hojas movidas por el viento.


Si hacía calor por aquellos días del corpus, acá no había más. La sensación de humedad en el ambiente, era mitigada en parte por la frescura de un riachuelo que por una lateral en claroscuros permitidos por los árboles, avanzaba.

No había mayor paz que la de el viento, las hojas, los pájaros, escasos eran los mayores sentados en una banca y los jóvenes paseando, corriendo,  los padres con sus hijos o siendo felices con los perros.

Descansa, pasea, corre, mira, camina... la invitación de este encantador lugar, que combinaba historia y naturaleza.



lunes, 13 de junio de 2022

Y así llegamos a Roma


Un sueño hecho realidad sin lugar a dudas, y era éste uno en pareja.

Si salir con éxito del país a otro se convirtió en un reto, el ir a Roma fue tan inesperado y maravilloso, como entonces cierto.

El viaje pasaría por la gran Francia, su torre Eifel y su museo de Louvre seguramente,  pero en el cálculo, cuando la planeación daba lo mismo para tomar un tren que para bordear desde Barcelona hasta París, surgió ese gran anhelo, aunque parecía lejano, no lo estaba tanto ¿Y si cruzamos todo ese mar? ¿Y si osamos ir a Italia! Y así fue ¡Se planeó ir "di viagio per L'Italia"!

¿En serio habría la posibilidad de visitar el Vaticano? ¿La gran capital del catolicismo a donde todo creyente aspira ir algún día? ¿Toda la belleza del renacimiento y el humanismo podría ser contemplada de forma directa por los ojos? ¿Sería posible ese viaje que tantos encumbrados del arte, la cultura y las letras han hecho?

Tras pequeñas diferencias en los trámites para hacer un check in en línea, la preocupación por la dimensión de los "equipajes de mano" que más bien debían ser "de espalda" y los tiempos cortos para avisar la puerta de salida en el aeropuerto, cuando se estuvo dentro del avión, aquello fue una realidad. Una siesta después, de esas que fueron muy comunes durante el viaje, se estaba aterrizando en Fuimicino o DaVinci, en la capital de Italia.

Lo primero que se conoció de esta gran nación fue a un par de esposos, posiblemente jubilados, que amablemente fueron a recogernos al aeropuerto. "Salve" Fue el saludo de llegada. "Ciao. Come stai?" La respuesta. San Cesareo, una población cercana a Roma, nos recibía, de madrugada, con dulces pastelillos, latte, zumo y los brazos abiertos.

Tras la llegada, fueron memorables los viajes en metro, en tardes lluviosas de Monte Compatri Pantano a San Giovanni. El sonoro acento italiano  nos acompañó en cada estación a la cual arribamos pausadamente, mientras disfrutábamos.

En la zona centro de Roma, las maravillas no pararon, entre los fastuosos monumentos, las iglesias llenas de historia, los jardines, las plazas, las obras artísticas, los edificios oficiales y las magnánimas fuentes. Pero además de lo hermoso de una ciudad moderna, las imponentes ruinas que anuncian que alguna vez desde esa ciudad se gobernó el mundo.

Inscripciones latinas, columnas por doquier que asemejan el estilo clásico, pero al mismo tiempo portentosas cúpulas, detalladas pinturas al estilo Miguel Ángel y esculturas que representan las sólidas fortalezas en el cuerpo del ser humano.

Roma, junto con algunos otros países de la unión europea, cuenta con  un excelente servicio de transporte. Metros, trenes, autobuses, aviones y hasta scooters en buena coordinación. Con particularidades ocasionales como la necesidad de la compra anticipada de algunos tickets, como me ocurrió en Ananigna con el sistema Cotral, camiones azules para mayor referencia donde ante la imposibilidad de adquirirlos en la máquina expendedora, tuve que preguntar en varias ocasiones "Cosa posso fare?" Conocí muy bien la terminal de Ananigna preguntando, sabiendo los pequeños tips para comprar boletos fuera de la terminal y al final, resolviendo, en desenlace generoso que he de contar en otro escrito. 
 
Cerraremos esta parte, imaginando pues nuestro caminar por las espaciosas plazas italianas, por sus jardines, viendo al sol tocar las tejas de las casas, sintonizando en la televisión local un anuncio con el tema musical de fondo "felicitá" que aún retumba en nuestros corazones.

Una grata noche en la Lazio italiana


"Che fai uomo?" Preguntó Don Antonio desde afuera de la cava. "Tomo una foto" Contesté. La precaución era lógica, porque aquél lugar se quedaba completamente oscuro, era frío y húmedo, perfecto para el vino, y en este caso, la cerveza.

Mi inquietud por bajar y conocerlo, que había sido apoyada mientras se hiciera con cuidado, se veía beneficiada con una nueva sensación, pues nunca había estado en un lugar como ese.

Era de por sí extraordinario, desde mi punto de vista, contar con algo como esto dentro de una casa. Una antigua propiedad de un italo-americano que en medio de la extensión del terreno, contaba también con múltiples árboles de olivo, algunos frutales como higos, cerezos y moras, y otros de mucho follaje como las magnolias.

Había también esos detalles de una persona culta, que busca tener elementos que reflejen la historia de su nación o del mundo, en este caso se podían ver pegados en las paredes algunos relieves que hablaban de antiguas figuras romanas o bien un pozo que mostraba esa elegancia y antigüedad tan llamativas en mitad del jardín.

El recorrido por todo aquel espacio fue sumamente generoso, verdaderamente nos sentíamos alagados por la invitación a cenar ahí y con esas personas. La comida fue vasta. La explicación fue que en Italia, se hacía por etapas, primero la pasta, luego la carne o pescado, a continuación la ensalada, después algo dulce, para cerrar con el café. La pasta de aquel día se llamó "carbonara" que es una preparación con huevo y tocino, después alcachofas cuyo corazón se cocina de manera exquisita, también hubo "formaggio" con jamón, así como rebanadas de melón y el postre fue "tiramisú", todo esto acompañado con vino "rosso".

Charlas de un entendimiento generoso, donde una palabra no comprendida en cualquiera de los idiomas desataba o una profusa explicación o bien mímica y sonidos elementales, pero al final, el concepto quedaba "capito".

Una amplia piscina iluminada hablaba de que aquellas personas, tras los 60  años habían trabajado mucho y lo seguían haciendo. Don Antonio más  de 30 años en la policía local, se encargaba ahora de mantener tan portentoso hogar; la señora como maestra, pero no sólo eso, invirtiendo y estando atenta de sus negocios todos los días. Personas que seguían esa ruta de esfuerzo de una generación que independientemente del país, seguía siendo un ejemplo para los que les seguíamos.

Así, la llegada de un mensaje nos recordó que era el día de "San Antonio de Padua", por lo que felicitamos y dijimos "salud" con ese vino tinto que si bien no se producía ahí, aunque hubiera cava, se disfrutaba de igual manera pues era de la región de Lazio.

Los múltiples viajes, experiencias llenas de rigor por parte de las autoridades pero comprensibles en los Estados Unidos para estar en times square en un inicio de año, la integridad de la policía italiana y muchos otros fueron  los temas de aquella noche.

Otro tema deleitable fue cuando hablamos del nombre de uno de los juguetones perros de la casa, que insistente buscaba estar en el regazo de Don Antonio, se llama Argos dijo y enseguida dio la explicación basada en una obra clásica: cuando Odiseo parte de Ítaca, a su regreso, vestido de pordiosero nadie lo reconoce, excepto Argos, su perro. No fue la única referencia que se hizo a la literatura, también se aludió a Dante Alligheri cuando pasamos por el laurel, árbol muy común en Italia por cierto, con todos sus hermosos colores.

La velada terminó yendo al cuarto de controles, donde en el camino se pudieron ver los restos de una fogata, que en esa noche de luna llena, con los altos pinos cipreses me recordó sin lugar a dudas los escritos de Césareo Pavese. 

Es increíble cuando se tiene la oportunidad de convertir algo grato que se ha leído, en una realidad. Lo deseo para todos. En esto pensaba cuando acudíamos a aquel espacio por calles llenas de árboles de olivo, viñedos, casas bordeadas con enredaderas y patios amplios.

"Arivederci" dijimos, en una emotiva despedida, que dejaba a un siciliano más abierto al mundo, a una habitante de la Lazio más acompañada y a un par de mexicanos contentos de compartir, aprender y disfrutar las maravillas del mundo.

lunes, 6 de junio de 2022

Plática de churros con chocolate en Madrid

Me siento cómodo con los latinoamericanos, no es la primera vez que nos encontramos y colaboramos. La primera vez fue con los salvadoreños que me sirvieron de cómplices para que pudiera pedirle matrimonio a mi esposa, en la parte más alta de la pirámide de la luna, en Teotihuacán.

En esta ocasión, pude compartir churros con chocolate con colombianos, mientras platicábamos de las cosas más relevantes de la vida. Cristianos por creencia, buscaban establecerse digamos en el tercer país donde habían habitado después de la natal Colombia y los Estados Unidos.

"Estamos a punto de conseguir nuestro permiso de trabajo y sabemos que Dios tiene grandes cosas preparadas para nosotros" expresaron. Confieso que el escuchar hablar con pasión a las personas siempre ha sido una de mis debilidades, pues creo en ellas, confío en lo que me dicen y me gusta escucharlas. Considero que puedo obviar el hecho de que aplico el filtro de que sean cosas positivas. 

Pues bien, no me pregunto cuáles son las razones por las que alguien deja su patria para asentarse en otra. Vivo en México donde hay razones de todo tipo, pero lo que sí me impresiona es la fortaleza de aquellos que con valentía van a una tierra a aventurarse, esforzarse y muchas veces a empezar con mucho menos de lo que tenían seguro en el lugar que los vio nacer. Literariamente la primera vez que me sorprendí leyendo sobre estas vidas fue probablemente en el Robinson Crusoe de Defoe o en el Wilhelm Meister de Goethe.

Desde entonces, me causan esta grata impresión las voluntades férreas, casos cercanos, como los migrantes que van a los Estados Unidos, un conocido que me guiara en un viaje y que buscaba poco a poco su residencia en Canadá teniendo para ello que revalidar sus estudios profesionales. De la misma manera, dominicanos y colombianos, dispuestos a establecerse en Madrid. ¡Nosotros podemos! decían, pero sin orgullo, sino más bien con sencillez ¡Dios tiene algo preparado para nosotros! Confiaban estos últimos.

Como siempre me gusta mencionar, la historia no tiene matices rosados solamente, pues cuesta trabajo y como todas las labores donde se tocan puertas, de diez, una es la que se abre, pero lo importante es, que continúan, que se encuentran en ruta así como que con el tiempo empiezan a cosechar resultados. 

Viajando también se aprende, y tras leer se debe actuar, diría Gabriel Zaid, por lo que este conjunto de experiencias, van recogiendo ideas en la mente, inquietan el alma y dan lo mismo que una buena lectura: opciones.

Velázquez, una experiencia mística


Si habláramos de la sociedad medieval, sería parte del vulgo. No cuento con una formación particularmente destacada en artes, es más ni siquiera creo poseer un lenguaje básico o conocimientos relevantes en el tema.

Pero hay artistas a los que por menos que uno conozca, su fama les antecede. Que cuando se ve una estación de metro adornada con su obra o una escultura guardándoles para la posteridad sabemos que seguramente su vida tiene  un sentido que va más allá de lo común, que alcanza pues lo extraordinario.

Una señora así como una amable joven española, hay que recalcarlo porque no toda la atención en la península ibérica fue así, me permitieron un par de entradas al Museo del Prado sin costo por dedicarme a la educación.

No fue a partir de las 18 horas como estaba previsto en la publicidad sino 17 con 30 la entrada que se me permitió; aquello me pareció increíble. 30 minutos más en el mejor museo del mundo, parecían tiempo extra en el paraíso.

Tras una rigurosa apreciación de cada obra -lo que siempre hace mi avance lento en estos lugares-, poco a poco apresuré el paso con el avance de los minutos ¡La última hora se me fue como un suspiro! Y es que a las 20 horas todo mundo debe estar fuera.

Así que dejé de compartir con mi familia la búsqueda en Internet de cada obra que me interesaba junto con un seguramente nada docto comentario de qué es lo que me llamaba la atención de cada una.

¡Debes de venir a la sala de los aromas!  Me dijo mi esposa Lupita. Y mi mente me llevó a un capítulo del futuro que seguramente más de alguno ha visualizado, en el que podamos mediante una videollamada también percibir olores, o palpar aquello de lo que estamos hablando. Pues bien, esta sala era eso, de entre 10 opciones, presionabas una de ellas a la vez y podías oler alguna esencia, que iba desde unos guantes de piel hasta un raro animal, pasando por múltiples aromas florales.

Ese episodio, completado por el "tesoro del delfín"  que incluía una gran cantidad de objetos en cristal, piedras preciosas y oro, redujo aún más el tiempo faltante.

Sin embargo no podía abandonar ese sitio sin ir a conocer Las Meninas de Velázquez. Y así fue. Paso presuroso, buscando la sala donde se encontraban, llegamos a una habitación alta, con un techo a manera de domo de cristal poligonal que resaltaba la majestuosidad del espacio, pero la mejor experiencia estaba por acontecer.

Frente a mi, la famosa pintura en un encuentro de altas expectativas. De entrada no me parecía nada relevante. Pero la lectura de la reseña junto con un análisis de aquellos ojos que traspasan el tiempo, vuelven aquello una experiencia mística.

Verdaderamente los personajes parece que te ven en cualquier espacio al que te muevas de la sala, pero es una mirada escudriñadora "sé que me ves y te veo" parecen expresar.  El hecho de que en el espejo incluido en la obra, se reflejen los padres de la infanta, que detrás del cuadro principal presencian la escena, da una experiencia de conjunto "hay más de lo que se puede ver" nos indicaría. Y otro rasgo es fundamental, la presencia del autor a manera de autorretrato en la obra, la dignididad de Velázquez para decir "estamos aquí", somos quienes hacemos posible estas excelsitudes, reivindicando la labor del artista.

Como si lo que se está percibiendo no fuera suficiente, la sala cuenta con un eco muy especial que hace que el murmullo de la gente se amplifique y juegue por los alrededores. Así pareciera que escucha uno voces del pasado, encarnadas en la actualidad mientras esas miradas intrigantes siguen ahí, mientras Velázquez nos recuerda que tiene la llave mágica del tiempo y mientras los padres de la infanta indican que no se han ido, sino que siguen observándolo todo.

La infanta y sus meninas nos recuerdan también que su presencia es presente como diría Octavio Paz y que non omnis moriar, no todo muere, como recordaría Horacio.

Ese fue mi encuentro con Velázquez, en el mejor museo del mundo y ante la posibilidad generosa de visitarlo de forma gratuita por parte de amables ciudadanas españolas.

Optar por la generosidad

 

Por: José de Jesús Marmolejo Zúñiga

En el día diversos comportamientos éticos y morales se mezclan. Para mantenerse congruente entre el pensar, decir y hacer, es fundamental contar con enfoques claros, que nos sirvan de guía en los momentos de duda.

A veces no es sencillo equilibrar la balanza. El concepto de asertividad es un poco utópico y no podemos más que buscar generar acuerdos basados en el diálogo pero también en la justicia. Nuevamente surgen conceptos complejos de desarrollar: ese mismo, el de justicia, por ejemplo.

Múltiples corrientes desde la psicología buscan dar esa claridad al ser humano. Hace algunos días he estado leyendo sobre la corriente positiva, que no positivista, pero de la misma manera en una estación del metro, he visto una iniciativa denominada livingforothers basada en corrientes psicológicas tradiciones pero con una invitación con un concepto que a parte de entusiasmarme, me recuerda que el vivir para los demás no es nuevo, muchas grandes mentes han hecho el mismo llamado. 

En el caso de la última iniciativa mencionada, parece basada, al menos en su inicio en las ideas de Víctor Frankl, el autor de "el hombre en busca de sentido".

Y aunque Frankl, no aparece, por ejemplo, como uno de los impulsores de la otra corriente, la positiva, donde más bien figuran personajes como Carl Rogers, humanista, llega un momento de encuentro donde se expresa que todos los casos establecidos en livingforothers buscan perdonar, ser felices, mantenerse unidos y con ganas de vivir, a pesar de las situaciones complejas de la vida. 

La corriente positiva por su parte argumenta el ser un contrapeso a la psicología convencional, para ver "la otra cara de la moneda", fijando la atención en las cosas buenas y en valores como la gratitud. Defiende su existencia, con estudios documentados en torno a, cómo la búsqueda de la felicidad de manera consciente puede llegar a materializarla.

Todo lo anterior es válido y comprensible, lo hemos encontrado en muchos autores del pasado, y -para mejor referencia- en los clásicos, así pues, San Agustín hablaba del primero creer para después concretar.

Este escrito en sí mismo ha comenzado igual, hablando de cómo es importante tener un enfoque, creer en algo, buscar convicciones que nos permitan actuar de una forma clara.

El amor es el causante de que la civilización sobreviva y de que se encuentren en el cielo las estrellas, leí en el libro de la quinta montaña de Coelho. Antonio Caso reflexiona y nos dice que la caridad debe estar al principio de todo y que el hombre no puede ser un fin en sí mismo, está hecho para el servicio a los demás. El ya citado Agustín de Hipona, agrega hermosas frases que hablan del compromiso del liderazgo en el servicio "me asusta lo que soy para ustedes, pero me alegra lo que soy con ustedes".

Los días en entornos complejos pueden hacer dura la corteza del árbol y el reto es mantenerse fuerte pero noble de corazón. Las múltiples experiencias vividas, -algunas no tan agradables me queda claro-, nos tienen que dar por supuesto aprendizajes, pero eso no debe evitar que seamos amables en la búsqueda de las cosas, factores o hechos que requerimos cambien. 

Al final de cuentas en una sociedad, digamos de forma poética en un universo de suma cero, las maneras de atender hasta los actos más cotidianos,  constituyen o deterioran aquella cultura con la que contamos y por supuesto, lo que legamos para el futuro. Esta realidad no es solo la que "vivirán nuestros hijos", sino también la que conformamos para nosotros mismos y nuestras familias en la proximidad más inmediata.

Así que,  en lo que acuñamos estas convicciones, o las ponemos en funcionamiento, no siempre tendremos la razón, y valdrá usar la reversa de nuestro carro para reconocer cuando podemos ser más generosos, solidarios, justos, confiados o equitativos.

Debemos buscar ser el rostro social del amor, para que la cadena virtuosa en la sociedad se haga más fuerte. Desde nuestra realidad, desde nuestra posibilidad y por supuesto, desde la inteligencia, que dependiendo del medio en el que estemos debe también ayudarnos a seguir adelante.





miércoles, 1 de junio de 2022

Dime con quién andas...


Esta etapa de la vida tenía definitivamente su encanto.

Sencillamente era diferente.

Convivir con otras formas de pensamiento era enriquecedor.

Personas con viajes internacionales, intereses enclavados en el mundo de los negocios y una vibra llena de energía. Sonoridad que hablaba de dinamismo. Charlas de café en el horario de 4 a 5 de la mañana en salas lounge con covers en jazz.

En los grupos de whatsapp personas opinando de temas del acontecer nacional, con experiencia y estrategia.

La charla-comida más reciente con una mentora, dilucidando lo que es el esfuerzo por alcanzar lo que uno quiere, ejemplificando con su vida, galardonada con 3 títulos universitarios de licenciatura, 2 de maestría y uno de doctorado. Más de 500 cursos ¡No le debo nada a nadie! Decía con orgullo. ¡Hay que aprender a esforzarse! Complementaba.

Por otra parte, recibiendo la asesoría de otra mujer que con una inteligencia amplia, podía charlar con todos los personajes, estar bien con cada uno de ellos, coincidir con pocos y guardar el equilibrio del universo con su empatía femenina. Sagacidad combinada con la más alta prudencia.

La compañera de vida por su parte, generosa y encantadora, fiel en los momentos complejos. Una joya depositaria de todo el amor que un hombre puede dar a una mujer. 

Los padres, sencillos, genuinos y siempre dispuestos a servir.

Los hermanos, en una nueva dinámica que poco a poco tomaba nuevos rumbos de fortaleza. 

Días de recordar acendradamente las tonalidades del chino mandarín, el vocabulario japonés e italiano, la gramática francesa e inglesa ¿Por qué? Porque estaban a punto de utilizarse. 

En el futuro, luz para la conciencia.

Planeación de temáticas relacionadas con la tecnología, la innovación y la pedagogía, por el momento.

Una próxima presentación que representaría un objetivo a punto de alcanzarse. Entrevistas importantes a atenderse desde el extranjero. 

La vida marchaba así en estos tiempos, faltaban algunos equilibrios en materia alimenticia, de ejercicio y quizá un poco de horas de sueño.

Pero era una nueva realidad, una que junto con el esfuerzo traería nuevas conclusiones.