Por: José de Jesús Marmolejo Zúñiga
Ocurrió en un inicio y continuará así. Dentro del imperio donde las brisas del lago de Texcoco acariciaban al pueblo del hijo del rey poeta, Nezahualpilli, lo pensaba así “son innecesarios las ofrendas de vidas y corazones”. La misma reflexión, en el pueblo Tolteca, enemistó a Quetzalcóatl con sacerdotes y gobernantes, teniendo que huir tras deshonrosa faena de pulque y elixir de mujer, en el sur, con brasas de fuego que alcanzaron el cielo, su corazón se convirtió en la resplandeciente venus del alba.
Este es el frontispicio de un lugar sagrado donde se narra la presente historia, ¡Pasen y adentro verifiquen en numerosos grabados, esculturas de una pieza, singulares trazos, la historia del hombre y sus pensamientos, héroes o villanos, sensatos y cándidos, todos se encuentran aquí! ¿Es usted mexicano? ¿Conocía aquella historia de sus antepasados? Es nada menos que Fray Bartolomé de las Casas, distinguido personaje ¿muerto? ¡De ninguna manera! Esta efigie aún se encuentra en la SEP de Argentina, aquí lo puede ver discutiendo, fue un apasionado sin lugar a dudas, loco, de sangre caliente, clérigo por supuesto, poco aceptado por ir en contra del imperio al que pertenecía, imagine usted ¡La España de aquél tiempo! Solo comparable con la Italia renacentista.
¿Qué discutía aquél denominado “conquistador conquistado” por Don Agustín Yáñez, por cierto también de fina estampa y figura? Nada menos que la osadía de sostener ante acusadores, en controversia llevada a cabo en Valladolid, que sus antepasados, aquellos protomexicanos, tenían alma, eran nobles y podían ser educados… Ese que le juzga, un oidor de la santa audiencia.
Dejemos el primer episodio y vayamos a este rosto, vasta inocencia, su nombre Sor Juana, mujer de renombrada inteligencia. “Décima musa” por antonomasia se escuchaba en España, mujer que prefería ideas a cabellos, la reducción del convento para escapar a la plenitud universal de la lectura, Góngora dentro de sus favoritos. Oiga usted, otra fuera de causa… Inteligencia poco comprendida, sobre todo por los caballeros, es digna de monumentos pero vaya usted a saber por qué han permeado de su personal vida otras causas.
Muchos de los que están aquí, tuvieron una vida, de seres humanos, por más que la solidez de su genio los revistiera de inmortalidad, amigos por montones, enemigos de verdad. Lo dijo aquél tipo de corbata-moño, solo 4 como él, Shakespeare, Dante y Cervantes completan la lista, Goethe en la repisa, alemán de nacionalidad. Alguna vez expresó sonriendo a Eckerman “mis enemigos se encuentran por montones, pero aun así es posible clasificarlos”. Su sentido del humor era notable. Sin embargo ¿Sabe? La cantidad de regalos que recibía en navidad era importante ¿Le dice algo? Sí, fue por el mundo también haciendo amigos.
El recorrido continúa, vea usted a Don Antonio Caso, sin exagerar, el primer universitario, sí, gran tipo, hacía retumbar con su voz la estructura rojiza del Colegio de San Ildefonso, también esa cantidad de murales que egresaban almas enamoradas del ser humano. De ahí salieron todos ellos, ubicará sin problema a Frida Kahlo, Octavio Paz, en el Estado de México y Cuernavaca aún recuerdan a Isidro Fabela ¿Ubica más al fondo a Don Alfonso Reyes? No, no se preocupe, poco a poco han sido olvidados, solo quiero decirle que alguna vez, Gabriela Mistral, chilena que abrió las páginas de los libros y la dignidad para las mujeres mencionó que era aún más grande que Enrique Rodó, sudamericano al que tampoco tiene la obligación de conocer, pero que fue denominado “Maestro de la Juventud”.
Disculpará usted, eran tiempos precisos, donde correspondía a cada cosa llamarle por su nombre, ¿Hace cuánto que no ve usted a algún ser humano ganarse a pulso un título como esos? ¿La razón? Por supuesto tampoco la sé, pero cuento con aproximaciones. ¿Sabe? Lo reflexioné leyendo a José Ingenieros, que se encuentra por allá… De niño mi papá me hacía leer “El hombre mediocre” y antes que en lo alemanes, en él tuve oportunidad de verificar lo que es el idealismo.
Creo que no hay más títulos así porque se perdió la integridad, el hombre se entregó al utilitarismo, se estudia para obtener un documento, se alcanzan posgrados para tener mejores oportunidades laborales, se “sirve” al otro para ascender de puesto, lejos estamos de la búsqueda ferviente del conocimiento con el que no contamos, tampoco conocemos el que se nos ha dejado; luego vienen las contradicciones, por ejemplo, a las almas que gustamos de adoctrinar nos da por criticar lo moralizante pero siempre hablamos de un nuevo hombre o categorizamos.
Pero no le interrumpo más con mi reflexiones que mis tertulias son internas, allí hacen menos daño, para equilibrarme tengo nuevamente un remedio infalible que le comparto: pluma y papel, hasta que la tinta quede en ristre.
Permítame hacer una reverencia ante el más humano de los pájaros sobre la rama, Octavio Paz, aquí continua una reflexión que quizá usted buscando en este espacio, él apreciaba la escuela de sus maestros, los contemporáneos, eran llamados, pero muy pronto tuvo contacto con ¿Quién se le ocurre? ¿A quién admira? Con el mundo. ¿Robert Frost? claro, conozco su poema de los caminos que se bifurcaban, por supuesto lo conoció, también a Neruda y Borges, también poetas orientales, americanos, muchos franceses, españoles, italianos, es pues lo que se denominaba un “ciudadano del mundo”.
Siempre me han causado una grata impresión los encuentros entre genios de la historia, a la mente me vienen el de Trotsky y Freud, el de Goethe y Humboldt o Beethoven. ¿Cuántos misteriosos personajes habrán coincidido? ¿Qué habrán pensado? ¿Habrán reconocido la trascendencia en el otro? Si fuesen espíritus libres, seguro estoy que sí. Solo las almas buenas no compiten, se suman.
Ah, pero la libertad mi querido amigo es fruto complejo de alcanzar, para ejemplo me reduciré a los personajes que hasta ahora hemos visto, Caso se quedaba sin un solo libro en su muy amada biblioteca ¿La razón? El orgullo y la efervescencia por ser un Maestro legítimo, que hasta hoy nos dejó escuela.
Octavio Paz por su parte abandonó su puesto de embajador ¿Sabe lo que es para la sed de poder humano que a usted le llamen excelencia, ahora imagine por decisión el que dejen de hacerlo? Sor Juana tuvo que abandonar libros, telescopio y demás aditamentos para profesar su fe y “dejar a un lado el intelecto”. Creo en conclusión que todo se abandona con gusto cuando llega el interior, el más noble afecto, cuando frente a uno se encuentra un claro presentimiento, un camino, la integridad.
¿Ha escuchado la historia de un León que fue apaciguado con una flauta por un niño? Ese es el poder de la voluntad, la integridad y el carácter, a veces no es que se afiance la puerilidad en el presente, sino que por decisión, se busca permanecer en el matiz de pupilas donde puede verse con alegría el futuro, no personal, sino de la civilización. Esa armonía, horizontalidad, sinceridad y desprendimiento son posibles en los ojos de un niño… Por algo dice ese escritor francés del que le hablaré luego que “solo los bien nacidos citan a Andersen”.
Bueno, lo dejo, vuelva pronto, le espero, y ahora salga de este sitio por una pintura, una escultura, un grabado, una canción o le ofrezco algo mejor, por una explosión de granada que abre o por un murmurar de abejas al estilo de Mallarmé elija su deus ex machina preferido.
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